La creatividad como inversión: por qué lo barato en marketing siempre sale caro

En marketing, como en casi todo, existe una verdad incómoda: lo barato sale caro.
Campañas rápidas, mensajes genéricos y diseños “copiados de internet” parecen un ahorro inmediato… hasta que descubres que tu marca ha pasado inadvertida, que nadie recuerda tu mensaje o, peor aún, que ha quedado asociada a la mediocridad.

El verdadero coste no está en el presupuesto, está en la oportunidad perdida. Y en un mundo donde la atención es el recurso más escaso, esa oportunidad perdida puede ser irrecuperable.

La tentación de “ahorrar” en marketing es fuerte. Muchos directivos, bajo presión por resultados inmediatos, buscan soluciones rápidas:

  • Se improvisan campañas sin estrategia.
  • Se repiten plantillas sin alma.
  • Se prioriza el volumen sobre la calidad.

El resultado es un marketing que no impacta, no conecta y no convierte. Es como pagar por aparecer en escena… pero con un papel tan irrelevante que nadie lo nota.

Lo barato da una falsa sensación de control: se ve un gasto menor en la factura, pero se paga caro en invisibilidad, en reputación débil y en falta de diferenciación. Porque en un mercado saturado, lo único más costoso que invertir es no ser recordado.

Sin embargo el motor de la rentabilidad tiene nombre propio: Creatividad. Invertir en creatividad es apostar por lo único que tu competencia no puede copiar: tu manera de contar la historia. Un buen producto puede encontrar sustitutos, un precio bajo puede ser superado, pero una idea poderosa es irrepetible.

  • Una buena idea multiplica la visibilidad.
  • Una narrativa auténtica genera lealtad.
  • Un diseño memorable convierte una campaña en conversación social.

Pensemos en campañas icónicas: no recordamos cuántas piezas publicitarias tuvo, recordamos la idea que nos hizo reír, emocionarnos o reflexionar. Esa huella emocional es la que convierte un gasto en una inversión.

La creatividad no es un lujo, es el activo que separa a las marcas olvidables de las que marcan tendencia. Cuando una empresa apuesta por creatividad, está invirtiendo en construir un patrimonio intangible pero valiosísimo: el recuerdo en la mente de sus clientes.

Hagamos la comparación de forma directa de lo barato vs lo valioso

  • Una campaña barata puede darte likes.
  • Una campaña creativa te da clientes.
  • Una campaña barata desaparece en 24 horas.
  • Una campaña creativa puede convertirse en un referente durante años.

Lo barato se centra en métricas superficiales: impresiones, clics, números vacíos. Lo valioso mira más allá: engagement real, confianza, comunidad, reputación.

Y aquí entra en juego un concepto clave: el ROI emocional. Porque el retorno de la creatividad no se mide solo en ventas inmediatas, sino en todo lo que se construye alrededor:

  • Una comunidad fiel que defiende la marca.
  • Una reputación que abre puertas a nuevos clientes.
  • Un posicionamiento que te diferencia de forma duradera.

Ese valor no aparece en un Excel inmediato, pero es el que marca la diferencia entre una marca que sobrevive y una que trasciende.

Lo barato puede parecer seguro, pero en realidad es el camino rápido a la irrelevancia. La creatividad, en cambio, genera activos que se acumulan con el tiempo.

Invertir en creatividad es entender que tu marca no compite solo en precios o productos, sino en imaginación, conexión y relevancia.

  • Campañas de bajo coste: su impacto suele ser efímero. Funcionan como fuegos artificiales baratos: brillan un segundo y luego desaparecen.
  • Campañas creativas bien pensadas: aunque su inversión inicial sea mayor, tienen la capacidad de multiplicarse. Una idea ingeniosa puede viralizarse, generar prensa gratuita, atraer seguidores y abrir nuevas oportunidades comerciales.


En Amor de Madre creemos que cada euro destinado a la creatividad es una semilla que se multiplica en impacto, recuerdo y crecimiento.

Porque sí: lo barato puede salir caro, pero lo creativo siempre rinde más. ¿Quieres que te lo demostremos?

Se vienen más..